Todavía hay días en los que, como hoy, me siento orgulloso, un poco orgulloso, de haber crecido en la fétida Marbella gilista. La cosa es simple: cuando un amigo se marcha de tu vera es díficil no pasarlo mal. A todos nos ocurre. Cuando Nico Alcalá echó el vuelo y recaló en Madrid, pensé que perdíamos un poeta, pero no llegué a comprender, hasta tiempo después, que ganábamos un gran cineasta. Riot Cinema Collective, la productora que lleva con otros dos compañeros es, como él, simplemente genial. No sólo por su carácter independiente, su compromiso con el cine y su rebosante modernidad, sino también porque se trata de una iniciativa que está repleta de creatividad y esfuerzo personal, actitud que, por desgracia, no es nada habitual en nuestro tiempo.
Poeta o no, sigue siendo un creador y, como tal, sus trabajos se distribuyen bajo licencia abierta (copyleft). La gran mayoría podéis verlos aquí, donde también encontraréis abundante material visual sobre la productora, rodajes, etc.
El Cosmonauta, su proyecto actual y de mayor envergadura, está recibiendo una acogida impresionante, como demuestra la entrada que le dedicó hace pocos días Microsiervos, la bitácora más influyente de la blogosfera española. Tú mism@ puedes participar en la película como productor. Es original, arriesgada y pasional, como casi todo lo destinado a triunfar en esta vida. Espero que así sea. Entonces, podré decir que en mi adolestencia conocí a Nico Alcalá y recordar que con él perdí la cartera, con él bebí más de lo que debía, que corrimos de la policía, que escribía versos mientras se lo llevaba la marea y, sobre todo, que juntos, nosotros y algunos más, intentamos cambiar lo que no nos gustaba de esta ciudad.
[Vimeo 4639705]
En cualquier caso, antes de terminar, no me resisto a incluir uno de sus poemas, que lleva por nombre Narciso inacabado: